Alicia en el país y las maravillas
Alicia pasaba otra noche sola,
como ya se le había hecho costumbre acompañada de una película, mientras daba
vueltas inconscientes de la ventana del dormitorio a la ventana de la sala,
igual que una pantera enjaulada, había dejado de fumar hace muy poco y eso le
causaba una ansiedad que apenas lograba controlar, atrás habían quedado los
días de farras de la universidad, ahora
trabaja en una entidad del estado, buen cargo, buen sueldo, prestigio,
-qué más puedo pedir?. Se dice a si misma todos los días, mientras se encerraba
en su departamento; no lograba socializar muy bien con sus compañeros, bueno
eso de las relaciones interpersonales jamás fue su fuerte.
Aquella noche le llego un mensaje
al chat, era Andrés ese viejo amigo del que solo tenía vagos recuerdos de la
adolescencia, no era una amistad de esas fraternales eran más bien amigos
gracias a las circunstancias.
-Hola, decía el mensaje mientras
ella se preguntaba ¿Y a este que le pasa?, pero debía responder uno de los
rasgos de su personalidad siempre fue el de ser cortés con todos
-Hola Andrés, ese milagro?
-Aquí, en la capital aburrido
- Capital? Escuche que trabajabas
en Colombia
-Sí, pero me transfirieron a la
oficina central en el país hace un mes, se quedaron sin jefe de producción, regreso mañana en la noche a Colombia
- lástima pudimos encontrarnos
antes, y tomarnos un café, yo también estoy en la capital…
-eso es fácil, te paso viendo en
veinte, dame tu dirección?
Alicia se quedo pensando un
momento ella ya estaba lista para dormir, - me quejo todos los días de mi
soledad, creo que si hay un poco de tiempo para un viejo amigo; pensaba tratando de engañarse
claro que quería salir con él, siempre le pareció guapo, pero su naturaleza
antisocial, y la fama de don Juan de Andrés, lo hizo ver durante todo ese
tiempo de adolescente como la caja de chocolates caros que siempre ves en el
super, pero no lo compras porque no te alcanza la plata.
-entonces te veo, o tienes
planes?
- Reina Victoria y Edificio “Torres
del Cielo” en cuento llegas?
- En quince, estoy cerca
De un salto estuvo de pie en el
armario buscando ropa, como mujer que era se estreso porque “no tenía que
ponerse” , agarro unos jeans unas botas de tacón alto y su abrigo negro, no iba
a salir disfrazada de vieja, si es verdad ya habían pasado quince años desde
que lo conoció, pero aún había con que impactar.
El guardia la llamo, ya estaba
esperando en el lobby del edificio. Bajo presurosa, respiro antes de salir del
ascensor y salió como si no fuera nada importante, el estaba sentado en el gran
sillón blanco marfil que había a la entrada, mirando su celular, se notaba que
ya no era ese jovencito que Alicia recordaba, tenía una expresión de cansancio
en el rostro, pero aun tenía ese aire que lo hacía muy particular; se acerco a él sigilosamente
-
Hola Andrés….
-
Hola, se levanto rápidamente de la silla
-
Que gusto verte, hace tanto tiempo.
-
Si , luces bien, vamos
-
Claro.
Iban camino al café que estaba en
voga en la ciudad, mientras conversaban de como son sus vidas ahora de cuán
lejos habían llegado, de cómo fue la universidad pues salieron de su ciudad
natal cada uno con diferente destino, ella estudio en la mejor universidad
estatal del sur del país becada y él en Argentina, sobre todo se regocijaron en
las anécdotas de colegio. De pronto Andrés sugirió que sería mejor echarse un
traguito, -total ya no somos unos chiquillos, y tampoco somos tan viejos para
un simple café
-Bueno vamos, se prometieron solo
un par de ellos porque debían estar temprano en sus trabajos
Así, iban y venían tragos, ya era
tarde y con la cabeza nublada por el alcohol, sus cuerpos se acercaron , aquel
beso que había esperando colgado en el tiempo por años, se dio sin vergüenzas,
cargado de emoción y pasiones retenidas, se miraron a los ojos un pequeño rubor
paso por sus rostros pero una sonrisa rompió el silencio, se besaron como
intentado recuperar los años pasados.
Andrés la llevo al edificio, el
toco su rostro y un cándido beso de despedida la sorprendió
-que tengas buen viaje
-gracias, estamos en contacto
Alicia se bajo del auto, fue
llena de vida a su departamento y despertó con una inexplicable sensación de
bienestar, mientras desayunaba sola se
preguntaba,- Y si lo hubiera invitado a subir?, seguro estuviéramos desayunando
en este momento.
Llego a la oficina como siempre a
tiempo, un mensaje esperaba en el buzón de entrada; era de Andrés:
“Siempre me gustaste, fue una
velada estupenda, espero que me transfieran de manera permanente a la capital,
tal vez podamos volver a vernos.”
Dos semanas más tarde Andrés se caso con una joven bogotana.
Dos semanas más tarde Andrés se caso con una joven bogotana.
i wish you the best of this wonderful life kisses charles
ResponderEliminarHola guapa!, tienes premio en mi blog >.<
ResponderEliminarhttp://dulcecautiverio.blogspot.com.es/2012/05/premio-el-blog-mas-lindo-que-conozco.html
Espero que te guste, muak!
GRACIAS DULCE!!!!!!!!!!!! :) UN BESO
ResponderEliminarMe encantan tus relatos,sigo recorriendo tus post. Un beso grande
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